Dos son los objetivos centrales que se plantean las organizaciones (según Hay Group) para implantar un modelo de gestión por competencias:
- Tener y retener a los mejores y para ello hay que:
- Seleccionar a los más adecuados (incluso profesionales sin experiencia). Las competencias nos permiten conocer cuál es el perfil de competencias de cada puesto y buscar el candidato que más se adapte al puesto.
- Evaluar el qué y el cómo del desempeño. La utilización de las competencias fija el marco de referencia de qué conductas y desempeño se debe tener en cada puesto y el grado de cumplimiento por parte del profesional.
- Retribuir de forma más justa y eficaz.
- Desarrollar para tener excelentes, por medio de:
- Desarrollar las conductas que identifican a los mejores. La formación se centra en buscar las metodologías y contenidos más adecuados para el desarrollo de cada competencia.
- Poner en marcha un auténtico cambio cultural (a partir de nuevos comportamientos).
- Promover según criterios contrastados y fiables. La detección de los perfiles de competencias de los profesionales permite promocionar a los que presentan las competencias necesarias para cada puesto y desarrollar el potencial de los profesionales por medio de planes de carrera personalizados.