Dadas las limitaciones de los sistemas previos de clasificación de pacientes y la experiencia de intentar desarrollar GRD con paneles de médicos y análisis estadísticos, se concluyó que para que un sistema de clasificación de pacientes por GRD fuera práctico y lógico, debería tener las siguientes características:
- Las características del paciente utilizadas en la definición de los GRD deberían limitarse a la información recopilada de forma habitual en los informes del hospital.
- Debería llegarse a un número manejable de GRD que englobara a todos los pacientes en hospitalización.
- Cada GRD debería contener pacientes con un patrón similar de consumo de recursos.
- Cada GRD debería contener pacientes que fueran similares desde un punto de vista clínico (es decir, que cada grupo debería ser clínicamente coherente).
Información accesible.
Si se limitan las características de los pacientes a utilizar en la definición de los GRD a aquellas que están fácilmente disponibles, se aseguraría la difusión de su aplicación. La información sobre el paciente que se recopila de forma habitual incluye la edad, el diagnóstico principal, el diagnóstico secundario y los procedimientos quirúrgicos aplicados.
La creación de GRD basados en información que sólo se obtiene en contadas ocasiones, o en información que es difícil de obtener o de medir, daría lugar a un sistema de clasificación de pacientes que no podría ser aplicado de manera uniforme en todos los hospitales. Esto no significa que una información distinta de la recopilada habitualmente no podría ser de utilidad para definir los GRD. A medida que se pueda disponer de información adicional de forma sencilla, habrá de ser evaluada para determinar si podría originar mejoras en la clasificación de los pacientes.
Número limitado.
Al limitar la cantidad de GRD a un número manejable (por ejemplo, algunos cientos de grupos de pacientes en lugar de miles) se asegura que para la mayoría de los GRD un hospital medio tendrá la experiencia suficiente para poder realizar un análisis comparativo significativo. Si solo hubiera unos pocos pacientes en cada GRD, sería difícil detectar patrones en cuanto a la complejidad de la casuística y el comportamiento de los costes, así como comunicar los resultados al personal médico.
Consumo de recursos.
El consumo de recursos de los pacientes en cada GRD debe ser similar para poder establecer una relación entre el case mix del hospital y los recursos que consume. Una intensidad de recursos similar significa que los recursos utilizados son relativamente parecidos para todos los pacientes en cada GRD. No obstante, siempre existirá cierta variación en el consumo de recursos entre los pacientes de un GRD.
En otras palabras, la definición del GRD no será tan específica como para que cada paciente deba ser idéntico a los otros, pero el nivel de variación será conocido y predecible. Así, mientras que la intensidad precisa de consumo de recursos de un paciente en particular no puede predecirse por el hecho de conocer a qué GRD pertenece, el patrón medio de intensidad de consumo de recursos de un grupo de pacientes en un GRD sí que puede ser estimado con bastante precisión.
Coherencia clínica.
Dado que una de las principales aplicaciones de los GRD es la comunicación con los médicos, los pacientes en cada GRD deben ser similares desde un punto de vista clínico. En otras palabras, la definición de cada GRD debe ser clínicamente coherente. El concepto de coherencia clínica requiere que las características del paciente incluidas en la definición de cada GRD estén relacionadas con un sistema orgánico o una etiología común, y que sea una especialidad médica determinada la que normalmente proporcione la asistencia a los pacientes en dicho GRD.
Por ejemplo, los pacientes que son ingresados para una “amigdalectomía” o para una “dilatación y legrado” son similares tanto en los términos de intensidad de recursos consumidos, como en la duración del ingreso, estancia pre-operatoria, tiempo en el quirófano y uso de servicios auxiliares. Sin embargo, se trata de distintos sistemas orgánicos y diferentes especialidades médicas. Por lo tanto, el requisito de que los GRD sean clínicamente coherentes impide que dichos pacientes pertenezcan al mismo GRD.
El coincidir en un mismo sistema orgánico, etiología, o en la misma especialidad médica son factores necesarios pero no suficientes para que un GRD sea clínicamente coherente. Deberían incluirse además, todas las características disponibles de los pacientes que podrían llegar a afectar a la intensidad de recursos médicos empleados. La definición de un GRD, no debería basarse en características del paciente de las que médicamente no pueda esperarse que afecten de forma consistente al consumo de recursos.
Por ejemplo, los pacientes con apendicitis pueden tener peritonitis o no. Aunque estos pacientes sean similares desde el punto de vista del órgano afectado, la etiología y el especialista médico, las definiciones de los GRD deberían llevar a la formación de grupos de pacientes separados, ya que la presencia de peritonitis haría esperar, de forma consistente, un incremento en la intensidad de consumo de recursos en los pacientes de apendicitis.
Por otra parte, no pueden utilizarse conjuntos de procedimientos quirúrgicos no relacionados para definir un GRD puesto que no existiría un razonamiento médico que apoyara el esperar que el consumo de recursos fuera similar.
La definición de la coherencia clínica está condicionada, por supuesto, por la finalidad de la clasificación en GRD. En los GRD, la definición de coherencia clínica se corresponde con la lógica médica de las diferencias en la intensidad de consumo de recursos. Por otro lado, si la finalidad de los GRD estuviera relacionada con el índice de mortalidad, las características de los pacientes que harían los GRD clínicamente coherentes, y que por tanto habrían de incluirse en las definiciones de los mismos, serían diferentes. Finalmente, hay que señalar que el requisito de que los GRD fueran clínicamente coherentes produjo más grupos de pacientes de los que hubieran sido necesarios para explicar únicamente la intensidad de los recursos empleados.