Quienes tenemos alguna responsabilidad sobre otros trabajadores debemos tener como una de nuestras prioridades, seguramente la más importante cuando existen tareas de riesgo, la seguridad y la salud de las personas. El trabajador sanitario, como cualquier otro trabajador, tiene derecho a trabajar sin sufrir daños en su salud. Este derecho tiene una cobertura legal incuestionable en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL). Desde que esta ley se publicó en 1995, quedaron perfectamente delimitadas las responsabilidades, derechos y competencias de cada cual en el escenario de las relaciones entre el empresario y los trabajadores, en todo cuanto tenga que ver con la salud laboral y la seguridad en el trabajo. Siendo así, y dado que la ignorancia no exime de responsabilidad, parece imprescindible que todos los profesionales que tengan trabajadores a su cargo conozcan algunos detalles, quizás los que más les afecten, de la mencionada LPRL.
El objetivo de este capítulo es que el lector conozca las obligaciones de la empresa, en relación a la prevención de riesgos. El desconocimiento en este terreno puede ocasionar graves perjuicios al trabajador, a la empresa y, por supuesto, al responsable de la gestión del área correspondiente. No se pretende que este capítulo sea un tratado de prevención de riesgos laborales; no tendría sentido para profesionales que no se dedican específicamente a esta materia. Lo que ofrecen estas páginas es una herramienta que puede servir de guía y orientación al gestor sanitario, para conocer las actuaciones que se deben desarrollar y las que se deben evitar en la gestión de la prevención en su ámbito de responsabilidad, con lo que logrará mejorar la salud laboral y la seguridad de los trabajadores a su cargo, además de proteger a su empresa y a sí mismo de las consecuencias legales de los incumplimientos en este terreno.